Génesis 2:18-20 (NRSVCE) dice:
«Entonces el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo; le haré un ayudante como compañero». Así que el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaba; y todo lo que el hombre llamó a cada criatura viviente, ése fue su nombre. El hombre dio nombre a todo el ganado, a las aves del cielo y a todo animal del campo; pero para el hombre no se encontró un ayudante como su compañero».
Uno siente que el ritual de nombrar a los animales y a las aves pudo haber tenido lugar después de la creación de Eva, de modo que Adán hubiera tenido alguien a quien consultar. Mi pregunta es: ¿Por qué Dios confió el deber de nombrar a los animales y a las aves sólo a Adán? ¿Qué dicen las enseñanzas de la Iglesia Católica al respecto?
- El hombre dio nombre a todo el ganado, a las aves del cielo y a todo animal del campo; PERO para el hombre no se encontró un ayudante como su compañero. Parece que todavía no hay Eva (?). – > Por karma.
- Es cierto. Eva vino después. Ver Gen 18: 21 -22. – > Por Kadalikatt Joseph Sibichan.
De la obra de San Agustín Dos libros sobre el Génesis contra los maniqueosbk. 2, pp. 111-12:
CAPÍTULO 11
El trabajo del hombre en el Paraíso y la mujer
hecha como su ayudante
Aunque el hombre fue colocado en el paraíso para trabajar y guardarlo, [Gn. 2:15] ese loable trabajo no era penoso. Pues el trabajo en el paraíso es muy diferente del trabajo en la tierra al que fue condenado después del pecado. La adición «y para guardarlo» indica la clase de trabajo que era. Porque en la tranquilidad de la vida feliz, donde no hay muerte, el único trabajo es guardar lo que se posee. También recibe el mandato que ya hemos tratado anteriormente. Este mandamiento termina de manera que no se dirige a una sola persona, pues dice: «El día que comas, morirás la muerte». [Gn. 2:17] Así, la Escritura comienza a explicar cómo fue hecha la mujer. Dice que fue hecha como ayudante del hombre para que, mediante la unión espiritual, diera a luz una descendencia espiritual, es decir, las buenas obras de la alabanza divina, mientras él gobierna y ella obedece. Él es gobernado por la sabiduría, ella por el hombre. Porque Cristo es la cabeza del hombre, y el hombre es la cabeza de la mujer. [1 Cor. 11:3] Así se dijo: «No es bueno que el hombre esté solo». [Gn. 2,18] Porque aún era necesario que se produjera no sólo el dominio del alma sobre el cuerpo, ya que éste tiene la posición de siervo, sino también que la razón viril mantuviera sujeta a sí misma su parte animal, con la ayuda de la cual gobierna el cuerpo. La mujer fue hecha como ilustración de esto, pues el orden de las cosas la somete al hombre. Así también podemos llegar a ver en un solo humano lo que podemos ver más claramente en dos humanos, es decir, en el hombre y la mujer. La mente interior, como la razón viril, debe tener sujeto el apetito del alma por medio del cual controlamos los miembros del cuerpo, y por justa ley debe poner un límite a su ayudante, así como el hombre debe gobernar a la mujer y no debe permitir que ella lo gobierne a él. Cuando esto sucede, el hogar se pervierte y es infeliz.
De ahí que Dios mostrara primero al hombre cuánto mejor era que el ganado y todos los animales irracionales, y esto se significa con la afirmación de que todos los animales le fueron traídos para que viera cómo los llamaba y les daba nombres. [Gen. 2:19-20] Esto demuestra que el hombre es mejor que los animales en virtud de la razón, ya que sólo la razón que juzga sobre ellos es capaz de distinguirlos y conocerlos por su nombre. Esta última idea es fácil de entender, pues el hombre comprende rápidamente que es mejor que el ganado. La primera idea es difícil de captar, es decir, aquella por la que entiende que la parte racional que gobierna en él es distinta de la parte animal que es gobernada.
Así, según San Agustín, Adán nombró a los animales para mostrar que es distinto y superior a ellos (al tener un intelecto, a diferencia de ellos) y que debe gobernarlos, al igual que su alma es distinta y superior a su cuerpo, que debe estar sometido a la razón. Del mismo modo, el hombre debe gobernar a la mujer y no dejar que la mujer lo domine a él.
- Supongo que esta es la mejor respuesta que podemos obtener, ¡pero un poco de resumen ayudaría! – > .
- ¿Es esa parte de que el hombre debe gobernar a la mujer y no dejar que la mujer lo domine una enseñanza católica? Si es así, una fuente estaría bien. ¿Se deduce que si Eva hubiera estado presente durante la designación de los animales, habría habido alguna disidencia por su parte? ¿Intentó elegir un color de pintura para la casa con la esposa involucrada? – > .
- @Kris Cito en mi respuesta 1 Cor. 11:3: «…la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios». – > .
- @Kris «
¿Se deduce que si Eva hubiera estado presente durante la asignación de nombres a los animales habría habido alguna discrepancia por su parte?» Quién sabe, pero quizás las preguntas de Santo Tomás de Aquino sobre la producción de la mujer ayuden. – > . - @Kris Sí, por eso es importante la jerarquía/desigualdad («jerarquía» significa etimológicamente «regla sagrada»). – > .