Tengo una pregunta sobre el amor de Dios:
Cuando en la Iglesia católica decimos «Dios ama a todos por igual», ¿es lo mismo que «a Dios le gustamos cada uno de nosotros en la misma medida, y nos ama igualmente por su acción»? o significa «Dios no no Dios no nos quiere a todos por igual, pero nos ama igualmente por su acción»?
Alguien me dijo que el amor de Dios (o amor ágape) es un «acto de voluntad», que no depende de la emoción del afecto o del cariño (o es diferente del afecto o del cariño); pero me cuesta separar el amor ágape de lo que llamaríamos afecto o cariño -y aquí está mi lógica: si el amor ágape es un «acto de voluntad», eso significa que es una acción amorosa que está impulsada por el deseo. Pero si vamos a desear de verdad deseo el bien de alguien, debemos tener afecto o cariño hacia ese alguien. Si me obligo a realizar una buena acción para alguien que me desagrada, no estoy realmente deseando el bien de la persona, ya que mi buena acción se realiza a la fuerza, no desde el fondo de mi corazón. Por lo tanto, no podemos separar realmente el amor de Dios del afecto o cariño que nos tiene, por lo que «Dios ama a todos por igual» significa «a Dios le gustamos cada uno de nosotros en la misma medida, y nos ama igualmente también por su acción».
Pero supongo que si la definición de ágape como «acto de voluntad» debe interpretarse como «acción amorosa impulsada por la determinación» en lugar de «acción amorosa impulsada por el deseo», entonces el ágape es efectivamente independiente de emociones como el afecto o el cariño. Volviendo a nuestro ejemplo anterior, si me obligo a realizar una buena acción por alguien que me desagrada, eso significa que estoy «decidido» a hacer cosas buenas por él, independientemente de mi emoción. ¿Es esto el amor de Dios? ¿Gustar a unos más que a otros (más afecto hacia unos que hacia otros), pero estar decidido a realizar las mismas acciones de amor hacia todos? Pero siempre he pensado que a Dios le gustamos todos en la misma medida, aunque le disgusten nuestros pecados. Sería bastante deprimente pensar en la posibilidad de que a Dios no le guste en absoluto, pero que lleve a cabo todas sus acciones amorosas hacia mí puramente por su «determinación».
Así que, de nuevo, vuelvo a mi pregunta: Según el catolicismo, cuando decimos «Dios ama a todos por igual», ¿es lo mismo que «a Dios le gusta cada uno de nosotros en la misma medida, y nos ama igualmente por su acción»? o significa «a Dios no le gusta cada uno de nosotros en la misma medida, pero nos ama igualmente por su acción»?
PD: Algunos pueden objetar que Dios no tiene afecto o cariño porque es impasible; pero también existe la opinión de que Dios es impasible pero también apasionado. Sin embargo, esa es una discusión totalmente diferente.
- Relacionado: La base bíblica del amor igualitario de Dios – > Por fгedsbend.
- Posible duplicado de la base bíblica del amor igualitario de Dios – > Por Jim G..
- No veo esto como un duplicado de la pregunta enlazada, ya que parece estar preguntando por el entendimiento católico romano. – > Por Nathaniel protesta.
- Hola, he echado un vistazo al post anterior que mencionas, pero no veo que sea equivalente a lo que estoy preguntando porque ninguna de las respuestas parece describir que «Dios quiere a todos por igual». Todas afirman que «Dios ama a todos por igual», pero lo que estoy preguntando aquí es esencialmente si «Dios ama a todos por igual» significa «a Dios le gustan todos por igual». > Por hyunjinc.
- @FMS Busca en Twitter (sin comillas) «#SummaHaiku Q20». – > Por Matt Gutting.
Santo Tomás de Aquino responde a esta pregunta en su Suma Teológica I q. 20 a. 3 («¿Si Dios ama todas las cosas por igual?») c., haciendo una doble distinción:
Puesto que amar una cosa es quererla bien, de una doble manera cualquier cosa puede ser amada más o menos.
De una manera por parte del acto de la voluntad mismaque es más o menos intenso. De este modo Dios no ama unas cosas más que otrasporque Él ama todas las cosas por un acto de la voluntad que es uno, simple y siempre el mismo.
De otra manera por parte del bien mismo que una persona quiere para el amado. De este modo se dice que amamos a aquel más que a otro, por el que queremos un bien mayor, aunque nuestra voluntad no sea más intensa. De este modo debemos decir necesariamente que Dios ama unas cosas más que otras. Porque como el amor de Dios es la causa de la bondad de las cosas, como se ha dicho (Artículo [2]), ninguna cosa sería mejor que otra, si Dios no quisiera un bien mayor para una que para otra.
- En otras palabras, Dios no ama a todos por igual. Desea un bien mayor para unos que para otros. La idea de que Dios ama a todos por igual no es un dogma católico sino un dogma democrático igualitario. – > .
- @zippy2006 Dios ama a unos más que a otros porque da unos dones/bienes mayores que otros, pero ama a todos por igual porque su Hijo redimió a toda la humanidad por igual. – > .
- ¿Tienes alguna fuente para tu idea de que ama a todos por igual? No creo que encuentres fuentes católicas que infieran un tipo de amor igualitario a partir de la redención. En todo caso, las gracias por las que somos redimidos no son iguales, y nuestro lugar en el cielo no será igual. Cristo expía los pecados de todos, pero esto no significa que Dios ame a todos por igual. – > .
- @zippy2006 Simplemente he resumido lo que he citado en mi respuesta: «De una manera por parte del propio acto de la voluntad, que es más o menos intensa. De este modo Dios no ama unas cosas más que otras, porque ama todas las cosas por un acto de la voluntad que es uno, simple y siempre el mismo.» – > .
- Pero eso no dice nada sobre tu afirmación: «…porque su Hijo redimió a toda la humanidad por igual». Santo Tomás dice que la intensidad de la voluntad de Dios no cambia con respecto a las diferentes personas, sino que difiere el bien que les quiere. Así que Dios quiere más o menos bien a ciertas personas manteniendo la misma intensidad de voluntad. Por ejemplo, ¿por qué Dios le dio más gracia a María? Porque la amó más, dice Santo Tomás. – > .