Lo pregunto en referencia a esta pregunta sobre la comunión.
- ¿Practica alguna iglesia la ceremonia del «Lavado de pies» antes de «comer el pan y beber el vino»?
- Si no, ¿cuál es la justificación que se da para ello?
Estoy buscando razones bíblicas por las que no se hace (si es el caso, como la pregunta vinculada parecía indicar)
- Una de las principales – logística/tiempo. – > Por Clockwork-Muse.
- Así que la respuesta es: por inconvenientes, no lo hacemos aunque Jesús en su última comida encontró tiempo para hacerlo? Da una respuesta bíblica. Si no hay una razón bíblica, entonces exponga eso como respuesta. – > Por Una cara.
- Jesús lo hacía para doce personas, sin limitaciones de tiempo. – > Por Clockwork-Muse.
- No entiendo a dónde quieres llegar… – > Por Una Cara.
Lavado de pies – ¿Es parte de la Comunión?
Hay algunas denominaciones que practican el lavado de pies como una ordenanza. He escuchado de algunas que lo practican separado de la comunión y otras que lo incluyen con la comunión.
En la Biblia es un evento registrado al mismo tiempo que la última cena.
Se especula que la discusión registrada en Lucas entre los discípulos sobre quién iba a ser el más grande en el Reino estaba teniendo lugar cuando Jesús comenzó a lavar los pies de los discípulos (registrado en Juan). Esto no se puede probar específicamente, pero encajaría con una respuesta clara a las contenciones de los discípulos.
Para entender el lavado de pies y por qué era un trabajo necesario y asignado a la persona más baja de la casa, hay que apreciar que sin transporte motorizado, las mercancías se transportan en burro. El burro deja un recuerdo acumulado de su presencia en las calles. Los lugares donde llueve con poca frecuencia pueden acumular muchos recordatorios. Si llevas sandalias, verás que también acumulas recordatorios.
Jesús dice a sus discípulos que deben hacer lo mismo entre ellos.
Juan 13:14-15 Si yo, vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que hagáis como yo he hecho con vosotros.
Algunos han tomado estas palabras como el establecimiento de una ordenanza ritual. Algunos han incluido esta ordenanza con la comunión. Otros toman esto como una admonición general hacia una disposición a hacer incluso la tarea más baja para nuestros hermanos y hermanas en Cristo.