¿Sugiere Éxodo 4:11 que Yahvé hace a las personas ciegas, sordas o mudas?

En Exo. 4:11, está escrito,

11 Y le dijo Jehová: ¿Quién hizo la boca del hombre, o quién hace al mudo, o al sordo, o al que ve, o al ciego? KJV, 1769

יא וַיֹּאמֶר יַהְוֶה אֵלָיו מִי שָׂם פֶּה לָאָדָם אוֹ מִי יָשׂוּם אִלֵּם אוֹ חֵרֵשׁ אוֹ פִקֵּחַ אוֹ עִוֵּר הֲלֹא אָנֹכִי יַהְוֶה

¿Sugiere Exo. 4:11 sugiere que Yahvé hace a las personas ciegas, sordas o mudas?

usuario862

Comentarios

  • Gracias por publicar esta pregunta. Yo hice una similar en el otro extremo del espectro (2 Tes. 2:11), así que estoy esperando los resultados de sus respuestas. Será interesante ver cómo se maneja el texto. –  > Por Tau.
2 respuestas
Joseph

La idea en resumen

Tanto la tradición judía oral como la escrita (codificada en los Midrashim y el Texto Masorético, respectivamente) indican que la ceguera, la sordera y el mutismo en este versículo eran los de los egipcios, que no responderían al mensaje de Moisés de liberar al pueblo judío del cautiverio.

Discusión

El primer punto de partida en el texto masorético es la Masorah Parvaque son los marginales (notas taquigráficas) en las hojas del códice, que a su vez hacen referencia a la Masorah Magna (situada en la parte superior e inferior de la página o al final del libro y/o del códice), que contiene otras referencias o notas de las escrituras. El sitio web Biblia Hebraica Stuttgartensia nos ha simplificado este análisis. La palabra clave de la preposición-sustantivo en este verso, sobre la que los editores masoréticos llaman la atención, es לָאָדָם, que es para el hombre. Por favor, haga clic aquí para ver la traducción de la Magna Parva y la correspondiente referencia a pie de página a la Masorah Magna con respecto a esta frase לָאָדָם.

En primer lugar, observamos que esta palabra אָדָם aparece en 552 veces en el texto masorético de la Biblia hebrea. La preposición-sustancia לאדם (es decir, sin ninguna marca vocálica) aparece 24 veces en el texto masorético de la Biblia hebrea. Sin embargo, la palabra-frase לָאָדָם (es decir, con las tres vocales consecutivas de Qameṣ) ocurre 12 veces en el Texto Masorético de la Biblia hebrea. Es decir, la palabra exacta aparece 5 veces además de las 7 del Libro de Qohelet. (La palabra aparece una octava vez allí, y es la excepción, porque esta palabra se escribe לְאָדָם en Ec 2:26, con la schwa debajo de la lamed). En otras palabras, nuestras herramientas bíblicas de software confirmaron lo que los masoretas habían escrito hace más de mil años, pero sin la ayuda de los ordenadores. Así, la Masorah Magna proporciona los mismos resultados encontrados mediante el uso de nuestras herramientas de software bíblico. Es decir, según Weil (2001) las anotaciones son las siguientes, que como hemos mencionado corresponden a nuestra doble comprobación con la ayuda del software bíblico:

Así, cuando los editores masoréticos delimitaron las palabras y las vocales señalándonos las ocurrencias de la frase לָאָדָם (con las tres vocales consecutivas de Qameṣ en secuencia), nos están obligando a mirar lo que dicen los cinco versos además de las menciones del Libro de Qohelet.

Ya sea por coincidencia o por otro motivo, estos versos se refieren a la desobediencia del hombre, cuyo corazón no obedece al Creador. Así, los editores masoréticos indican al lector que la tradición judía había entendido que la mudez, la sordera y el mutismo se referían al corazón endurecido del hombre, y no a partes fisiológicas del cuerpo que no funcionan (oídos, orejas, voz). En otras palabras, los editores masoréticos quieren que veamos la mudez, la sordera y el mutismo como algo moral y espiritual. Otras pruebas del texto refuerzan esta hipótesis.

En su investigación, Bailey (2010) identificó dos quiasmos en el texto inmediato que nos ocupa, que tradujo en paralelo como sigue

  Y Moisés dijo a Yahvé: "Oh Señor, A no soy hombre de palabras, B ni ayer, ni anteayer B′ desde que hablaste a tu siervo A′ porque tengo la boca pesada y la lengua pesada".  A ¿Quién puso [palabras en] la boca del hombre?       B ¿O quién lo hace mudo o sordo?       B′ ¿O que vea o sea ciego?  A′ ¿No soy yo, Yahvé? Yo estoy/estaré con tu boca para enseñarte lo que debes decir.

En otras palabras, Moisés dice que nadie le ha escuchado antes, y nadie le escuchará en el momento actual, y por lo tanto el Señor tiene que encontrar a alguien más para salvar a los israelitas. El Señor hace la respuesta paralela mediante un quiasmo y afirma que el mutismo y la sordera son paralelos a las personas que no escuchan (quiasmo B = quiasmo B’). Es decir, las personas que no ven son personas que no entienden, porque el Señor no las ha iluminado a la verdad. Estos dos quiasmos son importantes porque señalan que la sordera, el mutismo y la ceguera son espirituales en contraste con la falta de respuesta que se le dio a Moisés, y por lo tanto NO se trata de discapacidades físicas. (A este respecto, el Señor se refería a Moisés unos versículos más tarde en el mismo capítulo en Ex 4:21 que endureciera el corazón del Faraón). Por último, la tradición oral judía aporta MÁS pruebas, tal y como se recoge en los escritos Midrash de los rabinos redactados durante los periodos tanaítico y amoraico del primer judaísmo rabínico (aproximadamente entre el 70 y el 500 de la era actual). Es decir, la sordera, la mudez y la ceguera creadas por el Señor no son discapacidades físicas, sino morales y espirituales.

Según Nelson (2006), en el Midrash Halájico, Tractate Sanyase dice lo siguiente en el capítulo 2, sección V

C. Moisés respondió ante el Santo, bendito sea: «¡Señor de todo el mundo! Me has dicho: ‘¡Baja a Egipto y saca a los hijos de Israel de Egipto! Pero tengo miedo del pueblo del que he huido!».

D. Él [es decir, Dios] dijo: «¡No tengas miedo de ellos, porque todos han muerto! Como dice la Escritura, ‘…porque todos los hombres que buscaban (matarte) han muerto’ (Éxodo 4:19)».

7 E. El Santo, bendito sea, respondió [además] a Moisés: «¿Quién dejó mudos, sordos y ciegos a los hombres que el Faraón envió para atraparte? ¿No fui yo? Como dice la Escritura: «¿Quién da al hombre el habla? (¿Quién lo hace mudo o sordo, vidente o ciego? ¿No soy yo, el Señor?)’ (Éxodo 4:11)».

(Fuente textual: STC Rab. 2404, folios 1-2 y Notas de Rav Abraham Ha-Laḥmi-רב הגהות אברהם הלחמי)

La ceguera, la sordera y la mudez de este pasaje se entendían en la tradición oral judía como morales y espirituales. Además, el rabino Shlomo Yitzchaki también menciona otra cita del Midrash Aggádicoy cita lo siguiente:

[O]r quién hace [a uno] mudo: ¿Quién hizo mudo al Faraón, para que no se esforzara [en emitir su] orden de mataros? ¿Y [quién hizo] sordos a sus siervos, para que no oyeran su orden sobre vosotros? ¿Y quién hizo ciegos a los verdugos, para que no vieran cuando huiste de la plataforma [del verdugo] y escapaste?

En resumen, durante (o quizás antes de) el período de la creación del Talmud y la codificación del Texto Masorético, estos textos de la Mishná citados anteriormente indicaban que la ceguera, la sordera y el mutismo que se encuentran en Éxodo 4:11 se referían a los egipcios, y por lo tanto eran morales y espirituales.

Conclusión

El Texto Masorético escrito; el contexto (o el orden quiasmático de la discusión entre Moisés y el Señor); y la tradición oral que se encuentra en los Midrashim rabínicos indican que la sordera, la ceguera y el mutismo que se encuentran en Éxodo 4:11 no estaban relacionadas con discapacidades físicas, sino con discapacidades morales y espirituales. Como se desprende del mismo (con)texto en Éxodo 4:21la intención del Señor era endurecer el corazón del Faraón, que no quería ver, ni oír, ni ver (entender). Es decir, no fue hasta que los mismos egipcios estaban cruzando el Mar Rojo detrás de los israelitas con gran dificultad que se dieron cuenta de que «el Señor estaba luchando por Israel» (Éxodo 14:25). Fue en ese momento cuando se les abrieron los ojos y trataron de volver atrás para salvar sus vidas, pero fue demasiado tarde porque el agua se precipitó y los ahogó a todos en ese mismo momento.

REFERENCIAS:
Bailey, R. C. (2007). Éxodo. Joplin, MO: College Press Publishing Company, 91.
Nelson, W. D. (2006). Mekhilta de-Rabbi Shimon bar Yohai. Filadelfia: Jewish Publication Society, 9.
Weil, G. E. (2001). Massorah Gedolah: Manuscrito B. 19a de Leningrado. Roma: Pontificium Institutum Biblicum, 47.

Comentarios

  • Este es un análisis muy perspicaz; tengo curiosidad por ver cómo pesa el OP. –  > Por Tau.
Bobby Garringer

La tradición judía y lo que parece ser una técnica interpretativa de prestidigitación no pueden ocultar el hecho de que el pasaje tiene que ver con quién -no con qué- Dios «ha hecho». No se trata de contingencias futuras y temporales. Y el hacer se extiende a todas y cada una de las personas que existen (que pueden tener o no capacidad de hablar, oír o ver porque Yahvé las ha hecho así), empezando por -cada- «boca de hombre». El sentido del pasaje parece ser transparente. Yahvé puede permitir a Moisés hablar bien (con elocuencia) porque Él determina si una persona puede o no hablar (u oír o ver). Y es la -persona- la que está a la vista en cada caso. En otras palabras, Él hace a los mudos, sordos, ciegos y videntes – personas – no sólo las capacidades abstractas en un sentido físico o espiritual. Yahvé está afirmando su determinación de lo que sucede a toda la raza humana porque Él es el Creador de cada ser humano individual. Intentar limitar el pasaje a lo que ocurrió en Egipto o a lo que ocurre en un plano puramente espiritual parece despojar a la redacción de su significado más evidente. Lo menos que puede decirse es que la tradición judía y los intentos de limitar los factores interpretativos contextuales y decisivos no son necesariamente vinculantes para el intérprete, y que es muy posible un significado más amplio. (Estoy convencido de que esta última afirmación es una -subestimación- pero, como se ha indicado, es lo mínimo que debe concederse).

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