Levítico 10 (RV) nos da cuenta de la muerte de Nadab y Abiú por usar un fuego extraño. Dios envía su fuego de juicio en el versículo 2. Luego Moisés sigue dando una serie de instrucciones a Aarón y a sus hijos, pero de repente empieza a buscar la ofrenda por el pecado en el versículo 17, por lo que les había dicho que la comieran (versículo 12). Moisés se enfada mucho con Eleazar e Itamar.
¿Qué respondió Aarón respondió en versículo 19 que tanto le agradó a Moisés? ¿Cuál es el elemento exacto en la respuesta de Aarón que hizo que Moisés «contento»?
Arron y sus dos hijos restantes estaban en proceso de duelo por la muerte de Nadab y Abiú. En su estado de consagración, no se les permitía ni siquiera descubrirse la cabeza, ni rasgar sus vestiduras según las expresiones tradicionales del doliente. Estas eran prendas sagradas. Ni siquiera se les permitía asistir a los funerales porque aún estaban en proceso de consagración. Hacerlo habría significado abandonar la tienda de reunión antes de que se hubieran completado los siete días de consagración. En situaciones normales, se les habría permitido hacer el duelo de esta manera, pero ésta no era una situación normal.
Esto parece haber sido bien entendido por Aarón cuando él y sus dos hijos restantes se abstuvieron de comer la ofrenda por el pecado del pueblo como lo exigía el ritual de esa ofrenda por el pecado en particular.
Moisés buscó cuidadosamente el macho cabrío de la ofrenda por el pecado, y he aquí que lo habían quemado. Así que se enfadó con Eleazar e Itamar, los hijos supervivientes de Aarón, diciendo: «¿Por qué no comisteis la ofrenda por el pecado en el lugar santo? Porque es santísima, y él os la dio para que cargarais con la culpa de la congregación, para hacer expiación por ellos ante el Señor. He aquí que, puesto que su sangre no había sido introducida en el santuario, debías haberla comido en el santuario, tal como yo lo había ordenado’. Pero Aarón habló a Moisés: ‘He aquí que hoy mismo han presentado su ofrenda por el pecado y su holocausto ante el Señor. Si hoy hubiera comido una ofrenda por el pecado, ¿habría sido bueno a los ojos del Señor?’ Cuando Moisés escuchó eso, le pareció bien a sus ojos, 16-20.
En Deuteronomio 12:6-7, el Señor dice lo siguiente sobre la comida de los sacrificios.
Allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la contribución de vuestras manos, vuestras ofrendas votivas, vuestras ofrendas voluntarias y los primogénitos de vuestras vacas y rebaños. Allí también comeréis vosotros y vuestras familias ante el Señor, vuestro Dios y os alegraréis de todas vuestras empresas en las que el Señor tu Dios te ha bendecido.
Dado que Aarón acababa de sufrir la pérdida repentina de sus dos hijos mayores, este era un momento apropiado de dolor y de fiesta. La comida de la ofrenda por el pecado debía celebrarse con alegría. Esto habría creado un conflicto de intereses. Los dos son incompatibles. Habría sido impropio para Aarón y sus hijos comer del sacrificio mientras estaban en un estado de dolor y luto por su pérdida; y «Cuando Moisés lo oyó, le pareció bien».
Esta práctica incluso se convirtió en un estatuto levítico durante el segundo templo. Según Ellicott
Como consecuencia de esta declaración, durante el segundo Templo se impuso la norma de que cuando un sacerdote ordinario se enteraba de la muerte de un pariente mientras estaba de servicio en el santuario, tenía que dejar de prestar servicio, aunque no podía salir del recinto del Templo, pues de lo contrario profanaba el sacrificio; mientras que al sumo sacerdote, que podía continuar con sus ministraciones sagradas, no se le permitía participar de la comida del sacrificio.
Si Aarón hubiera comido la ofrenda por el pecado, habría sido una violación del mandamiento porque no podía comerla con regocijo porque estaba de luto. Este principio también aparece en Marcos 2:18-20.
Los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando; y vinieron y le dijeron: ‘¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: «Mientras el novio esté con ellos, los asistentes del novio no pueden ayunar, ¿verdad? Mientras tengan al novio con ellos, no pueden ayunar. Pero llegarán los días en que el novio les sea quitado, y entonces ayunarán en ese día.
Tanto el luto como la celebración son provechosos en sus contextos propios, pero cuando se unen, representan una contradicción que destruye el significado tanto del luto como de la alegría. Mientras Jesús estaba con ellos, era el momento de la alegría y la celebración, que debía ir unida a la fiesta. Cuando se lo llevaron, entonces sería el momento apropiado para la tristeza que va acompañada del ayuno.
- Gracias por su respuesta. Me gustaría preguntar qué era más importante; ¿obedecer el mandato directo de comer el sacrificio como en Deuteronomio 12:6,7 o justificar un conflicto de intereses a Moisés? – > Por Helicotylen.