En El peso de la gloriaC. S. Lewis escribe:
¿Qué sería saborear en la fuente esa corriente de la que incluso estos tramos inferiores resultan tan embriagadores? Sin embargo, creo que eso es lo que tenemos ante nosotros. Todo el hombre ha de beber la alegría de la fuente de la alegría. Como dijo San Agustín, el éxtasis del alma salvada «fluirá» en el cuerpo glorificado. A la luz de nuestros actuales apetitos especializados y depravados, no podemos imaginar este torrens voluptatisy advierto a todos muy seriamente que no lo intenten.
No he podido encontrar dónde dijo esto Agustín. ¿En qué lugar de los escritos de Agustín se encuentra la cita original y su contexto?
Arend Smilde encuentra la respuesta a esta pregunta en la carta de Agustín a Dióscoro (CXVIII), 3.14:
Ahora bien, la salud perfecta del cuerpo será la consumación de la inmortalidad de todo el hombre. Porque Dios ha dotado al alma de una naturaleza tan poderosa, que de esa plenitud consumada de alegría que se promete a los santos al final de los tiempos, una parte se derrama también sobre la parte inferior de nuestra naturaleza, el cuerpono la bendición propia de la parte que goza y entiende, sino la plenitud de la salud, es decir, el vigor de la incorrupción.
La referencia a la torrens voluptatis es aparentemente distinta, ya que utiliza la frase de la Vulgata y la exposición de Agustín exposición del Salmo 35:9 (o, 36:8):
«Y del torrente de tu complacencia les darás de beber». [et torrente voluptatis tuae potabis eos] Un torrente que llamamos agua que viene con una inundación. Habrá un torrente de la Misericordia de Dios que desbordará y embriagará a los que ahora ponen su confianza bajo la sombra de sus alas. ¿Qué es ese Placer? Como un torrente que embriaga al sediento. Así pues, el que ahora tiene sed, que acumule esperanza; el que ahora tiene sed, que tenga esperanza; cuando esté embriagado, tendrá posesión; antes de tener posesión, que tenga sed con esperanza. «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados».