¿Qué especie de pez pescó el joven Tobías en Tobías 6:1-6?

Ken Graham preguntó.

¿Qué especie de pez pescó el joven Tobías en el Libro de Tobías en el río Tigris?

Esto es lo que dice el Libro de Tobías sobre Tobías y el pez:

1 Tobías se adelantó, y el perro lo siguió, y se alojó la primera noche junto al río Tigris. 2 Salió a lavarse los pies, y he aquí que un pez monstruoso subió a devorarle. 3 Y Tobías, atemorizado por él, gritó a gran voz, diciendo Señor, viene sobre mí. 4 Y el ángel le dijo Tómalo por las agallas, y tráelo hacia ti. Y cuando lo hizo, lo sacó a tierra, y comenzó a jadear ante sus pies. 5 Entonces el ángel le dijo Saca las vísceras del pez, y guarda su corazón, su hiel y su hígado para ti, porque son necesarios para las medicinas útiles. 6 Y una vez hecho esto, asó su carne, y se la llevaron por el camino; el resto lo salaron en la medida en que les sirvió, hasta que llegaron a Rages, la ciudad de los medos. – Tobit 6: 1-6.

La Enciclopedia judía afirma que el Libro de Tobit fue compuesto probablemente entre el 200 y el 50 a.C.

Comentarios

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1 respuestas
Constantin Jinga

Bueno, ese era un pez grande, ¿no? Lo suficientemente grande como para comerse el pie de Tobías y también lo suficientemente grande como para alimentar a Tobías durante un tiempo. El hecho de que fuera un pez tan grande concuerda con un tema muy común en la narración folclórica, donde el héroe tiene que luchar contra un gran animal, un dragón, un monstruo que sale de las aguas y luego el monstruo, una vez vencido, se convierte en una fuente de vida/poder para el héroe. Aquí también, el pez intenta comerse el pie de Tobías, pero Tobías, siguiendo las instrucciones de Rafael, se apodera del pez, y éste se convierte en una fuente de curación. (Para más detalles sobre esto y especialmente con respecto a la relación entre el pez grande y el héroe, véase D. Bergant & R. J. Karris, The Collegeville Bible commentaryLiturgical Press, Collegeville, Minn., 1989, p. 837) Ahora bien, al leer esto como una alusión a la historia de Jonás, podemos pensar que era algo parecido al Leviatán.

Si se echa un vistazo en el Comentario Bíblico Católico de Haydock (es de 1859, pero es interesante), allí puedes encontrar una especie de lista de intentos que la gente hizo durante la historia para establecer qué tipo de pez era. A continuación se muestra una versión corta de esta lista:

Pez. Los doctos opinan que se trata del pez que Plinio llama callyonymus, (l. xxii. cap. 7.) cuya hiel es de soberana virtud para quitar las manchas blancas que crecen sobre los ojos. Otros peces tienen la misma virtud; y como el susodicho no tiene escamas, y no tiene más de un pie de largo, no podía ser comido legalmente por los israelitas, ni podía bastar para la provisión de diez días, v. 6. Lev. 11:10. Otros, por lo tanto, prefieren el becerro de mar, (Brado) el hipopótamo, (Grot.) el cocodrilo, (Carthus.) la ballena, (Theophylact.) el esturión, o el siluro. Bochart, Anim. iv. 15.-Pero hay grandes dificultades con respecto a todos estos; y Fran. George adopta el sentimiento de los rabinos a favor del lucio, que parece el menos objetable, ya que tiene escamas, branquias, y no puede vivir mucho tiempo fuera del agua, v. 4. Crece hasta un gran tamaño en el Tigris, y su hiel es buena para los ojos.

G. L. Haydock, Haydock’s Catholic Bible Commentary (Tob 6:2)Edward Dunigan and Brother, Nueva York, 1859

Los comentaristas de las primeras épocas fueron más directos:

Bede, On Tobit 6.1-2.15: También aquí se significa de forma muy evidente el misterio de la pasión del Señor. Pues el enorme pez, que, al querer devorarlo, fue matado por Tobías siguiendo las instrucciones del ángel, representa al antiguo devorador del género humano, es decir, al demonio.(Tob 6,3) Cuando éste deseaba la muerte de la humanidad en nuestro Redentor, fue atrapado por el poder de la divinidad. El río Tigris, que, por su rápida corriente, toma su nombre del tigre, un animal muy veloz, insinúa el curso descendente de nuestra muerte y mortalidad [La conexión entre «Tigris» y «tigre» no tiene fundamento etimológico, aunque sea tradicional]. En él acechaba un pez enorme, ya que el seductor invisible de la raza humana tenía el poder de la muerte.(Heb 2:14)

S. J. Voicu, Apócrifos. Ancient Christian Commentary on Scripture OT 15InterVarsity Press, Downers Grove, IL, 2010, p. 17